jueves, 20 de diciembre de 2012

Capitulo 8


Si, llegó el día, día 30 de Septiembre. Sería el mejor día de mi vida, estaba nerviosa, él estaría allí. Imaginaba que podría pasar aquella tarde pero no lo podría ni pensar, no quería que ese día tan especial se arruinase por soñar despierta.
Después de llegar del insti empecé a preparar las cosas que tenía que llevarme a la parcela para pasar una tarde junto a las Sugus y los Skaters. Veríamos una película de miedo, Los ojos de Julia. También estarían allí algunos compañeros y mi primo, que llegaría más tarde.
Llamé a Carol para ir a recogerla a su casa y estar juntas mientras la gente llegaba. Llegué, no había ningún coche en la urbanización, estaba desierto. Empecé a asustarme. Llamé a su piso y por arte de magia contestó una vocecita de niño pequeño.

- ¿Si? – dijo extrañado
- Hola Dani, Soy Mar. ¿Puedes decirle a tu hermana que baje?
- Si, ya baja – dijo riendo.

Me aparté de la puerta del portal y corrí hacia el coche. Segundos más tarde llegó Carol y me dio millones de besos. De nuevo repetía mil y una veces que me quería un montón y que todo lo que habíamos planeado para ese día sería perfecto. Este sería el día en que me daría cuenta de por qué le quería. Él era tan, tan... indescriptible. Nada más llegar nos apartamos de mi familia...

- Tía tenemos que sentarnos en el suelo, a ver si Quique es capaz de hacer “algo” – dijo Carol con una sonrisa pícara en la cara.
- No se si podremos... Nos vamos a tener que sentar en las sillas, pero si vosotros queréis el suelo, yo os le dejo.
- ¡Qué capulla eres cuando te lo propones! ¿Qué crees que vamos a hacer? ¡Nada! Es un cortado...

Nos reímos un buen rato hasta que empezaron a llegar. Unos, otros, los de más allá, Pedro, Iván, Adrián, Quique... Comimos algo mientras contábamos anécdotas. Yo me distancié un tanto del grupo para ayudar a mi madre.

- Oye, y al final ¿qué película vamos a ver? – dijo Quique.
- Pues, la verdad, yo no lo se. Creo que es de miedo pero no se cual.
- Pues veremos la que ella le de la gana, es su cumpleaños. No vamos a ver la que nosotros queramos – dijo Adrián.
- ¡Oyes! Veamos la que veamos, ella no quería ver ninguna de miedo, si lo ha hecho ha sido porque yo se lo he pedido.
- Bueno, bueno, no me comas.

Los compañeros de mi clase se marcharon apurados, aún no se el por qué, pero se fueron. Solamente quedamos las Sugus y los Skaters, los que, en principio, íbamos a estar. La gente se enloqueció un poco pero en pocos segundos todo se compuso. Dejamos que los enamorados fuesen a su rollo, pero él hizo algo que me sorprendió mucho. No esperaba que hiciese eso... Si, estaba enamorada de Pedro y no podía pensar en otra cosa que no fuese él. Yo me situé en primera fila junto a Carlota, cada una en su silla. Pedro seguía haciendo en tonto por ahí pero nada más empezar la película corrió y se sentó entre medias de nosotras, en el medio de las dos sillas. Transcurrido un rato de la película empezó lo que realmente daba miedo.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – gritaba Carlota muerta de miedo.
- Carlota, ¿enserio que nunca te han echado del cine por gritar? – le preguntaba Iván riendo a carcajadas.
- No, idiota – decía mientras se ponía roja.
Y fue en este momento cuando ella y yo nos dimos cuenta de que estábamos agarradas a él, casi abrazados. Me moría de vergüenza, podría quedarme mirando sus preciosos ojos durante horas. Esos ojos que me enamoraron. Estuvimos a punto de rozar nuestros labios, nariz con nariz... Sentía que había una conexión muy extraña entre los dos pero rápidamente aparté mi mirada.

La tarde sucedió más o menos de la misma manera. Con los enamorados no hubo mucho movimiento, no pasó nada interesante. Y así terminó este día tan especial, y cada vez estaba más enamorada de sus ojos, de su sonrisa, de él.

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