domingo, 20 de enero de 2013

Capítulo 9

Aquellos días fueron fabulosos, pero me gustaría pasar mucho más adelante. Después volveremos al pasado...

Entraba ya junio cuando todo mi mundo se vino abajo por un puto gilipollas que decidió no volver a pensar en alguien que no fuese él mismo. Acompañado de su nueva “mejor amiga” y su amiguísimo Adrián, que después de cómo le había tratado había decidido que prefería pasar de su propia familia, decidieron no volver a hablarnos. Mucho le decía Iván a Carol que la quería y ¿con esto la paga? Si por su culpa tuvo que acabar con Quique... Era flipante, no podía estar pasando esto, no a mi no. Me pasaba las horas pensando en eso, lloraba y volvía a llorar. Carol empezó a redactar una especie de carta, era alucinante como un simple papel me hacía llorar hasta las tantas. Pero debía seguir hacia delante.

- Iván enserio, ¿por qué haces esto? ¿No ves que la estás haciendo sufrir? Es increíble, ¿qué ha pasado con ese chico que eras? – decía ya con lágrimas en la cara.
- Mar, por favor, no me martirices más. Si, lo he hecho todo mal, pero no se cómo hacer que me perdone.
- ¡Pídele perdón! ¿Tan difícil es? Vamos, esque... ¡Uuuuuf!
- Vale, para ya.
- No Iván, no. – dije ya muy mosqueada – ¿Si yo pudiese hacer que ella escuchase todas tus disculpas, tu harías algo?
- Haría hasta lo imposible.
- Prepárate, mañana será el día – dije con una media sonrisita, creía que lo había conseguido, mantener al grupo unido.

Cogí rápido mi BB y marqué casi sin ver el teléfono de Carol. Eso que me estaba pasando era estupendo, podría hacer que estuviésemos en armonía. Pero no fue así. Al principio Carol se negaba a hablar con él aunque estaba segura de que yo podría convencerla. Aceptó mi proposición pero de nuevo las cosas cambiaron. Iván no movió ni un dedo por ella, todos nos cansamos de esa situación. Él y Adrián empezaron a insultarnos, a despreciarnos por el simple hecho de estar en contra de lo que estaban haciendo. Pasamos del tema, dejamos de hablarlos y se separaron del grupo. Sólo quedábamos Carol y su novio, Quique; yo y mi novio, Pedro; y por último, y no menos importante, Carlota. Ahora estábamos solo los que de verdad éramos amigos.

Nada volvió a ser como era en un principio. Decidimos darles una oportunidad, pero ni siquiera pensaron en lo que en algún momento fueron. Todos hicimos algo mal a partir de ese momento, tal vez yo fui la que peor hizo las cosas, fallé a todos aquellos que me habían dado su amistad, pero así es el destino. Literalmente le quité el novio a mi mejor amiga.
Las dejé de lado, tantos años de amistad y decidí juntarme con amigas falsas, que lo único que saben hacer es dejarte mal delante de los demás, inventando cosas que nadie podría saber. Si, aquella amiga era Irene, una chica con la que me lo había pasado muy bien años atrás. Con ella viví cosas que nunca olvidaré, tonterias, fotos, pero que simplemente fueron una farsa, una auténtica mentira. Yo para ella no significaba nada, solamente era alguien a quien utilizar, la que debería tapar sus mentiras. Pero me cansé de sus altibajos, de sus osadías y de sus mentiras, me cansé y fue entonces cuando le quité la máscara, esa máscara tan de niña buena que tenía. Me reí en su cara como la gente se ríe de sus errores.

Aunque tanbién debería darle las gracias, tal vez gracias a ella encontré a las personas que realmente necesitaba en mi vida. Paula, con la que he vivido momentos desde pequeña, desde que era una enana. Esa chica que pensaba que no encajaba pero que en realidad era la clave para todo. Y ahí empezó la magia del verano...


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