martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 11

Tras varios meses juntas nos hicimos casi inseparables. Pensaba que iba a durar para siempre, quería que durase para siempre. Que mi vida era perfecta en ese momento y que no quería creer que todo fuese temporal como hasta por aquel entonces era mi vida. Algo temporal.
No estuve mucho tiempo con Alex, todo se torcía día sí y día también. Me hizo mucho daño, pero no quería cambiar nuestra relación.

- Mar, ¿te das cuenta? - me repetía una y otra vez María - ¡QUE ESTÁ JUGANDO CONTIGO!
- Que no, que no, que esto es un enfado pasajero. Él no me quería decir que ella seguía ahí como el primer día. Solo le enfadé. Pero ya verás como todo vuelve a su sitio en dos días.

Pasaba un día. Dos. Tres. Una semana. Dos. Tres.
No, definitivamente no iba a volver. Aún me acuerdo perfectamente sus palabras de aquel día que decidí no creer más en sus promesas.

"Mar, de verdad, lo siento. No quise decirte eso. Estaba enfadado. No puedo vivir sin tí. Por favor..."

No me lo podía creer. Esto era increíble. Y yo tonta, le dí una oportunidad más. Dije <<Solo de prueba, no vaya a ser que vaya mal...>> Ay, ahora me doy cuenta.
Era muy bipolar. Era hoy te quiero, mañana te odio, dentro de un mes me canso de tí y no te quiero pero dentro de dos días voy a volver a romperte todos los esquemas. NO. Las cosas no eran así.
Entre tanta desgracia en mi vida, María encontró a su chico perfecto. Al chico que ella necesitaba, al chico que la haría, la hace y la hará feliz durante toda su vida.

- Chicas, teneis que venir, no me podéis dejar sola con él. -decía angustiada- Por favor.
- Yo no puedo. -dijo Paula- Tengo que estudiar un montón, ya van a empezar los globales y me tengo que presentar a la mayoría.
- Yo vengo, -dijo Alba- pero no quiero estar ahí de sujeta velas.
- Yo no creo que pueda. -dije- Tengo un examen chungo y no me van a dejar salir. Bueno, probablemente pueda salir un ratillo. Pero poquito.
- Pues decidido.

Todo ese día salió genial. Son el uno para el otro. Pasaron una tarde un poco rara, la verdad. Los dos apenas hablaron durante la cita y él, Álvaro, decidió arriesgarse e intentarlo con ella.
Todas sabíamos que María era una chica especial y que era difícil estar bien con ella. Que no era normal, eso estaba claro. Ninguna de las cuatro lo éramos. Lo pasábamos tan bien juntas...

La mañana de un día 10 de Febrero, las cosas entre Alex y yo, fueron desastrosamente mal y me di cuenta de que ya no era aquel chico del que yo me había pillado, que no era aquella persona que hacía hasta lo imposible por verme, por hacerme reír. Que desde hacía un par de meses ya no era él quien me hacía sentir mariposas en el estómago, no era el chico que yo necesitaba.

"Lo siento. No puedo seguir con ésto. Le he dado demasiadas oportunidades a lo nuestro y no ha funcionado. O lo dejo aquí o quien va a estar mal va a ser yo. Adiós Alex, ha sido un placer".

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